jueves, 28 de octubre de 2010

Pequeña Reflexión Tonta



Siempre me he dicho a mi mismo que la escritura es lo único que podría mantener mi lado humano y sensible intacto. Soy tan loco con mis amigos, a veces creo que no conocen el verdadero “yo”, y es que es como un alter-ego el que se apodera de mi cuando hablo con otra gente, es como un pequeño ser que viviera dentro de mí, uno que me hace ser algo desquiciado, hablador, despilfarrador, arrogante.

La escritura es lo único que me permite ser tal como fui antes, aquel niño que se dejaba manipular fácilmente por otros, aquella faceta que trato de esconder y olvidar, pero de la que se nunca podre librarme.

Me gusta ser como soy ahora, una persona vivaz, alegre, algo aburrida, aguafiestas, graciosa cuando no se lo propone, porque si se lo propone solo produce silencios incómodos, que siente que la vida tiene que ser vivida a plenitud, sin problemas. Esa es la manera en la que me gusta pensar en mí, alguien que le gusta ser leal con los pocos amigos que tiene, una persona que no para de preguntarse cosas, de tener dudas acerca de todo, que quiere visitar todos los lugares que pueda y solo caminar, conocer, vivir.

Ayer salí de casa ¿Para qué? Pues solo para caminar un rato, pensar sobre la vida, comprar unas cosas, quizás tomar un café. Hubo un momento, cuando yo estaba en el carro, que aun recuerdo con gran claridad. Escuchaba “Total Eclipse Of The Heart”, y pude sentir en ese momento que era la persona más feliz del mundo (o quizás del ómnibus). Estaba sonriendo sin razón alguna, viéndole las caras a todo el mundo y pensando que ahora todas las personas se veían como nunca se habían visto antes, bellas y llenas de vida. Sé que soy muy joven para decir esto, pero creo que el significado de la vida puede ser ese, el ver la belleza en todo lo que nos rodea, sentir que no podríamos haber pedido mas, que lo tenemos todo, que la vida es perfecta tal cual es, imperfecta.