Aquellas personas que estoy a punto de nombrar son aquellas
que significan más para mí, o que han dejado una huella muy importante en mi
vida y en lo que soy en el momento que escribo esto. Jamás terminaré de
agradecer a todos los que me hablaron o aconsejaron o apoyaron mientras estuve
en este mundo, incluso después de muerto los seguiré recordando y queriendo, e
incluso después de muerto estaré agradecido (Olviden lo de la muerte, creo que
este testamento es más un pretexto para decir lo que tenga que decir)
No puedo comenzar esto sin nombrar a mi hermana. Claudia
Julca, tú eres y serás la persona que más he querido. Eres la hermana más
imperfecta que pueda existir. Eres molestosa, eres espontánea, eres ocurrente y
tienes aquello que yo jamás tendré, piel clara. Me has humillado frente a
amigos y personas diversas durante años, y a pesar de eso eres aquella de la
que estoy más orgulloso, aquella con la que tengo las más bellas memorias de mi
vida, aquella que me ha ayudado incluso cuando no supo que me ayudó. A ti te
dejo todos los bienes que tenga, excluyendo los que estén a punto de ser nombrados
en los siguientes párrafos, esos pertenecerán a los que se indiquen.
A mis padres, doña Doris y don Francisco, a ustedes no les
puedo dejar nada porque los regalos no se devuelven, y ustedes son aquellos que
me han regalado todas y cada una de las cosas que tengo sin pedir nada a cambio
(salvo buenas notas y buen comportamiento). Los quiero, no se los digo siempre,
pero cuando pienso en ustedes no puedo pensar en otra cosa que no sea orgullo.
A Brian Castro, mi hermano que en realidad es medio hermano
pero que odio llamar así y que prefiero llamar hermano porque lo quiero como
tal. A ti no te dejo nada aun, porque eres demasiado pequeño y no me
recordarás. Te dejaré algo cuando renueve el testamento, que es cada año.
Y ahí acaba la lista de familiares. Ustedes son mi única
familia. Comienzan los amigos.
A las hermanas Aguilar Cabel, Carolyn y Lalleska. A una ya
no le hablo, pero hemos vivido tanto que es imposible no mencionarla. La otra
me ha ayudado tanto que serio no prudente no mencionarla. A ustedes y a toda su
familia que siempre me trato como un miembro más, a ustedes les dejo todos los
momentos vividos, quisiera dejarles más pero todo lo gasté en las frejoladas
tan deliciosas que la señora Clara preparaba.
A Raid Pimentel. Mi mejor amigo, te veo mas poco de lo que
me gustaría, y sin embargo cuando estoy contigo es cuando vuelvo a ser aquel
Frank que fui cuando te conocí, el que usaba esa gorrita, ¿recuerdas? Te dejo
los lentes que te presté y que hasta ahora no me devuelves, sé que es poco, pero
no puedes descontar todas aquellas veces que fuimos al cine. Tú me has mostrado
que es bueno es uno mismo, y por eso te quiero. Gracias.
A Claudia Erazo le dejo las agarradas de teta, los peñiscos
y toda la diversión que hemos tenido. ¿Algo material? La pulsera que te quité,
y que siempre uso, además de los discos de Rihanna que están en la primera gaveta
de mi mesa de noche. A Fabiola Gutierrez y a Hilary Chang les dejo también las
agarradas y palpadas de teta, y además los secretos que ellas ya saben.
Escucharon lo que tuve que decir y lo hicieron sin soltar un comentario
negativo, las quiero y siempre las querré por eso. A Giuliana le dejo el
Appleton pues, el que tengo escondido en mi cuarto para alguna emergencia que
requiera de cura etílica. Te quiero Giuli, a pesar que creas que me distancio,
simplemente trato de probarme cosas, lo siento si alguna vez hice creer que
esos problemas tenían que ver con ustedes. Las quiero a todas, son la definición
de genial.
A Franco Alarcón. Retomamos contacto después de siglos, y
sin embargo siento que la amistad que alguna vez tuvimos nunca desfalleció. A
ti te dejo lo que me has pedido que te deje, convenido de miércoles, el
Blackberry y también el Ipod, con la condición que no se borre ninguna de las
canciones ya existentes. Eres un éxito, “flaco”. Sabes a lo que me refiero.
A Dado Barría. Te quiero pero no te dejo nada, hijito, debes
aprender a ser maduro. Admitámoslo, tampoco me dejarías nada, paras misio. A
Pedro si le dejo los libros de francés, y también todos los libros de idiomas
que tengo, que no son muchos pero que significan un montón para mí, esperando a
que los lea y que pueda ingresar a la Católica.
A Brian Segura. Te dejo el numero que me estuviste pidiendo
por tanto tiempo, a pesar que se que ya lo conseguiste. Tu causa es noble pero
tu método es estúpido. Te ayudaría, pero en el momento en que estoy escribiendo
esto estás enojado conmigo, y yo ni sé por qué. Admiro tu constancia, en serio
lo hago. Gracias por tratar de ser un buen amigo.
A los chicos del conocido gremio de “La Mafia”. A ustedes no
les dejo nada, sería injusto ya que ustedes todo lo consiguen gratis, si saben
a lo que me refiero.
A Mercedes Ramos. Tus sermones solo prueban que te importo.
Eres una hermana. Te dejo las novelas que tengo, y además el libro de Osho que
alguna vez me regalaste, regalarme un libro también muestra cuento te importo.
A Shaila Salviz, solo quiero recordar los buenos momentos, al igual que Meche,
todo lo que me has dicho lo has dicho de corazón y con el deseo de ayudar.
A Melissa Sosa. Haber estado a tu lado siempre ha sido una
suerte, me has hecho reír con tus ocurrencias como no lo hago con nadie, y ni
te esfuerzas, ¿cómo es que lo haces? Te dejaría el Blackberry pero ya se lo
deje a otra persona. Te dejo mis créditos de la universidad pues, son un buen
regalo, en especial porque me costaron mucho. Espero te sirvan (es broma, se que no te servirán porque no son transferibles)
A mi promoción. Dios, mi promoción, les dejo al Frank que
fui pero que ya no soy. Esos no fueron los mejores años de mi vida, pero vaya
que con ustedes las cosas fueron buenas. Le deseo a cada uno de ustedes lo
mejor, a pesar que algunos de ustedes no me lo desearían a mí.
A los chicos de la alianza francesa. Tengo que mencionar que
no los conozco por mucho tiempo, así que creerán que soy un ridículo por hacer
una cosa tan ocurrente como un testamento. Pero esto es lo que soy, escribo
hasta lo que no tengo que, así que no me juzguen. Les dejo los tweets, supongo
(eso va para
Andrea y Marisol) y también las conversaciones filosofales que se
realizaron en la poste. Son lo máximo,
chicos.
A los chicos de la página les dejo la página en sí.
Aprovechen, ya no tendrán a ese administrador estrella súper quejumbroso que
los obligue a publicar cosas, ahora la pagina será toda suya.
A los lectores de mis fanfics. A ustedes les dejo mi
escritura mediocre. Nunca, nunca terminaré de agradecer a todos aquellos que
comentaron mis historias, incluso cuando no tenían que hacerlo, incluso cuando
no me conocen y probablemente no me conocerán, se toman su tiempo y dejan un comentario.
Valen oro, simplemente eso.
A los amigos que no estoy mencionando, no me maten, si me
conocen significa que saben acerca de mi amnesia imaginaria, o sea de la
habilidad (me gusta considerarlo una habilidad) con la que olvido las cosas.
Todo lo escribí con mis facultades neuronales y sensoriales
en completo estado saludable, lo juro, ni una gota de alcohol. Soy un dramático
empedernido, eso lo saben, pero, ¿porque siempre la palabra dramático se tiene
que asociar con algo malo? Al escribir este testamento estoy siéndolo, pero
gracias a eso estoy siendo capaz de decir cosas que no digo muy a menudo.
Gracias por haber leído. Hasta la otra vida.
Frank.